Qué es
La disfagia es la dificultad que surge al tragar alimentos líquidos y/o sólidos entorpeciendo su paso desde la boca hasta el estómago.
Aunque parezca un acto sencillo, la deglución implica la participación de nuestro cerebro, nervios y unos 30 músculos. La deglución tiene una fase voluntaria desde que decidimos introducir el alimento en la boca hasta que alcanza la faringe, donde el proceso se convierte en automático.
La disfagia puede presentarse en cualquier grupo de población si bien en cada uno de ellos suele tener una causa y pronóstico diferente; merecen particular atención: los ancianos, las personas con enfermedades neurológicas, las pacientes con lesiones de la cabeza y cuello, aquellos en los que aparecen síntomas respiratorios (neumonías por aspiración), y en general todos los que presentan disfagia de poco tiempo de evolución, progresiva y que condiciona su alimentación provocándoles pérdida de peso.
Las consecuencias de la disfagia pueden ser desde malestar hasta pérdida de peso, malnutrición, deshidratación, asfixia, además del riesgo de bronco-aspiración que puede provocar neumonía u otros problemas.